martes, 11 de noviembre de 2014

MINISTROS COMPETENTES DEL NUEVO PACTO

        MINISTROS  COMPETENTES  DEL NUEVO PACTO
  
          INTRODUCCIÓN

Es de gran importancia que nosotros como ministros competentes del Nuevo Pacto, sepamos en qué consiste nuestro ministerio. No tenemos el ministerio de Moisés ni el del Antiguo Pacto, sino el ministerio de Jesús y del Nuevo Pacto. Un ministro de Dios debe de estar seguro de sí mismo y no depender de otro ministerio, les sugiero a los consejeros que su dependencia viene de Dios, la visión viene de Dios, y no del hombre. 
                      
           MINISTROS DE UN NUEVO PACTO
  
El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, más el Espíritu vivifica. 2 Corintios.3:6. Dios nos hizo ministros del nuevo pacto o sea del pacto que Jesucristo hizo cuando tomo la copa y dijo: esto es mi sangra del nuevo pacto, que por muchos es derramada para el perdón de los pecados.  Mateo.26:28.


Cuando dijo: esto es mi sangra del nuevo pacto. Es porque esa sangre era la del pacto o nuevo testamento, con su sangra estaba estableciendo un nuevo pacto. El pacto de la letra grabados en piedras fue hecho por Moisés en el monte del Sinaí. A ese ministerio lo llamo el apóstol Pablo el ministerio de muerte. Porque Moisés murió. El ministerio del Espíritu vivifica. Porque es de resurrección.


No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios. ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para ustedes, o de recomendación de ustedes? 2 Corintios.3:1.  Nuestras cartas son ustedes, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres. 2 Corintios.3:2.


Siendo manifiesto que son carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. 2 Corintios.3:3. Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios.2 Corintios 3:4.  
         EL MINISTROS DEL ESPÍRITU O DE JUSTIFICACION 
No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, Corintios.3:5. El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, más el espíritu vivifica. Corintios.3:6.  ¿Cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? Corintios.3:8. Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. Corintios.3:9.

SI LO QUE PERECE TUVO GLORIA


Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece. Corintios.3:11. Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza;  Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Corintios.3:15. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Corintios.3:16.


Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Corintios.3:17. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. Corintios.3:18.
EL MINISTERIO DE CONDENACIÓN O DE MUERTE
Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer. Corintios.3:7. Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. Corintios.3:10.


Y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. Corintios.3:13.  Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. Corintios.3:14.


Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. 2 Corintios 4:1. Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios. 2 corintios 4:2.  

 NUESTRO EVANGELIO ESTÁ AÚN ENCUBIERTO

Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden están encubierto. 2 Corintios 4:3.   En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. 2 Corintios 4:4.  


Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. 2 Corintios 4:5.  Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz (cara) de Jesucristo. Viviendo por la fe. 2 Corintios 4:6.  


TENEMOS ESTE TESORO EN VASOS DE BARRO

Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros. 2 Corintios 4:7.Los tesoros que tenemos es el Espíritu Santo y el conocimiento de las escrituras y los vasos de barro somos nosotros porque del barro fuimos tomados. Que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados. 2 Corintios 4:8. 


Perseguidos, más no desamparados; derribados, pero no destruidos. 2 Corintios 4:9. Llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. 2 Corintios 4:10. Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. 2 Corintios 4:11.


De manera que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes la vida. 2 Corintios 4:12. Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos. 2 Corintios 4:13.

EL QUE RESUCITÓ AL SEÑOR JESÚS, A NOSOTROS TAMBIÉN NOS RESUCITARÁ

Sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con ustedes. 2 Corintios 4:14. Porque todas estas cosas padecemos por amor a ustedes, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios. 2 Corintios 4:15.


Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 2 Corintios 4:16. El hombre exterior es el cuerpo físico que tenemos, el desgaste que va recibiendo nuestro cuerpo es el envejecimiento que recibimos. Nuestro hombre interior es el cuerpo espiritual que se va formando dentro de nosotros.
Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria. 2 Corintios 4:17.


No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. 2 Corintios 4:18. No mirar las cosas que se ven, son las cosas terrenales, las que no se ven son las espirituales, las eternas. 
               CONCLUSIÓN 

Son mucho más gloriosos los frutos del ministerio del Nuevo Pacto. No mezclemos el ministerio del Antiguo con el ministerio del Nuevo pacto, mejor seamos ministros del Nuevo Pacto para que veamos sus gloriosos frutos en nosotros mismos.
Pablo sabía que el éxito del nuevo pacto, no dependía de  él, que tampoco dependía de los hombres en absoluto, sino de Dios en él, está victoria de tu ministerio depende de Dios.
Si tú quieres ver almas convertidas a Cristo  solo pide a Dios, que cambie esos corazones de piedra y que ponga un corazón de carne convertidos por el poder de Dios,  es decir corazones fláccidos a la voz de Dios, humildes y receptores a la palabra de Dios.

Escrito por: Donaldo E. Villazon. A. Dr.  En Filosofía de La Religión, Licenciado en Teología, Diploma Teología y Ciencia Religiosa. Técnico en Teología y Ciencias Religiosa y Administración Eclesial.




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