domingo, 11 de marzo de 2018

JUSTIFICADOS POR SU GRACIA

JUSTIFICADOS POR SU GRACIA

INTRODUCCIÓN

Habiendo creído en Jesucristo vinimos a ser justificados por su gracia, y somos  herederos conforme a la vida eterna. La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres. Somos justificados gratis por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús. Sin pagar ningún precio, porque el precio lo pago Jesucristo, muriendo en la cruz del calvario por nosotros.
Ø  JUSTIFICADOS: Significa declarar que alguien es inocente, libre de culpa, está en lo correcto. Dios nos declara justos. Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.  ROMANOS.3:24.

Ø  GRACIA: Gracia es el favor, el auxilio gratuito que Dios nos da para responder a su llamada: llegar a ser hijos de Dios.  Para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. TITO.3:7.
                                      
PARA QUE JUSTIFICADOS POR SU GRACIA  

Para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. TITO.3:7. Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres. TITO.2:11. 
Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.  ROMANOS.3:24.
                                         

ES POR FE, PARA QUE SEA POR GRACIA

Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros. ROMANOS.4:16.
                                              
HAY AÚN MUCHOS CONTUMACES

Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión. TITO 1:10. A los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene. TITO.1:11.
Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos. TITO.1:12. Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe. TITO.1:13.
                                         
NO ATENDIENDO A FÁBULAS JUDAICAS

No atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad. TITO.1:14.
Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. TITO.2:1.   
                                              
MOSTRÁNDOSE FIELES EN TODO

No defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adorne la doctrina de Dios nuestro Salvador. TITO.2:10.
Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobrio, justa y piadosamente. TITO.2:12.
                                              
LA ESPERANZA BIENAVENTURADA

Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. TITO.2:13.
Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. TITO.2:14.
Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie. TITO.2:15.
                                  
CUANDO SE MANIFESTÓ LA BONDAD DE DIOS

Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres. TITO.3:4.
Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo. TITO.3:5. El cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador. TITO.3:6.
                                                     
PALABRA FIEL ES ESTA

Para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. TITO.3:7.
Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. TITO.3:8.
                                                              
CONCLUSIÓN

Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo. 



Escrito por: DONALDO E. VILLAZON A, Doctor en Filosofía de La Religión, licenciado en Teología, Diploma en Teología y Ciencias Religiosa, Técnico en Teología Ciencias Religiosa y Administración Eclesial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario